Lo malo era que en el fondo ella estaba bastante contenta de sentirse así, de no haber vuelto, de estar siempre de ida aunque no supiera a dónde..

miércoles, 29 de junio de 2011

Objetos perdidos

Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa 
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta 
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
Mendoza, Argentina 1944
La mufa



Vos ves la Cruz del Sur,
respirás el verano con su olor a duraznos,
y caminás de noche
mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires,
por ese siempre mismo Buenos Aires.
Quizá la más querida


Me diste la intemperie,

la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,

el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías          
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,

el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.                         







Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía.
Una carta de amor
Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,
todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,
y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.




Y sin embargo.

De sobra sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.
Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.
Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,

bien sabes lo que digo.
Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.
Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.

lunes, 27 de junio de 2011

Lo que mucha gente.

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio."

Uno puede reírse

"Y así uno puede reírse, 
y creer que no esta hablando en serio, 
pero si se esta hablando en serio,
la risa ella sola ha cavado mas túneles útiles
que todas las lágrimas de la tierra..."

Gato.

"... suelen
abrigarle el silencio
a las viudas
y estirarse en la alfombra
y bostezar
como si hubieran heredado
el sol
y dormir y dormir
arzobispales

y cazar una mosca
haciendo ochos..."

Barquito

‎"Decían que cada día el mar que veían sus ojos 
era diferente, 
que aunque su mundo estuviera contenido en no más de siete metros, 
su sueño era seguir comiéndoselo, 

que la aparente rutina que podía invadir sus días, 
se teñía de emoción cada minuto.
Allí, en aquel barquito sin mayor tecnología 
que la creada por sus propias manos, 
habían descubierto la libertad de vivir al son de las olas..."